Entrevista Completa
Hoy dejaremos de lado los temas habituales (salud, política y estilos de vida) y nos adentraremos en un ámbito donde se unen la visión y la pasión para crear un enfoque innovador sobre el bienestar de las personas, en una época en la que el desarraigo intelectual, las invasiones, la tecnología apabullante, y los males de la pandemia, la guerra y el desplazamiento van en aumento.
Estamos muy contentos de tener como invitado a alguien que está trabajando en serio sobre esta situación, el Sr. Steve Menzies, fundador de la St. Francis Day Foundation, una institución inspirada en el papa Francisco y respaldada directamente por él. La fundación se puso en marcha durante una reunión organizativa llevada a cabo el pasado mayo en la residencia del papa, donde el papa Francisco y nuestro invitado, Steve Menzies, se reunieron en privado para conseguir que esto suceda.
¿Quién es Steve Menzies?
En pocas palabras, es un reconocido líder empresarial, fundador y presidente de la empresa multinacional Applied Underwriters. Además, es un célebre filántropo y amigo de muchas personas necesitadas, de Bangladesh a América del Sur y en todo Estados Unidos. Su trabajo y sus logros más recientes son muchos, desde misiones de liberación de rehenes (se acercó personalmente y estuvo cara a cara con autoridades gubernamentales extranjeras) hasta el duro trabajo de garantizar vacunas a personas desplazadas en circunstancias extremas.
Steve, felicitaciones por la St. Francis Day Foundation y bienvenido al programa.
El placer es mío, Betsy. Muchas gracias por dedicarle este tiempo a nuestro trabajo.
Steve, si me lo permites, me gustaría comenzar con las preguntas que tenemos preparadas para ti.
Hace muy poco anunciaste la creación de la fundación en una sesión informativa de la Misión de la ONU aquí en Nueva York, pero el trabajo inició en Roma, en mayo o incluso antes. Para comenzar, ¿cómo se creó esta institución y cómo fue la evolución de tu liderazgo en la fundación?
Bueno, a decir verdad no fue lineal, sino que fue una confluencia de factores, a medida que fuimos detectando los problemas que nos afectan a todos mediante el trabajo de la fundación y la observación de los problemas y los obstáculos en el progreso humano, específicamente en donde la gobernanza y la ley no han podido seguir el ritmo de la tecnología y de otras actividades humanas.
En ese contexto, la segunda encíclica del papa Francisco, Laudato si’, ha resultado ser bastante emotiva y estar bien encauzada.
Como líder empresarial y filantrópico, descubrí que la encíclica enunciaba, sin arrepentimientos, los aspectos cruciales de la ecología humana, las éticas fundamentales y el lugar que ocupa la tecnología en este gran esquema de cosas.
Estas cosas afectan a las personas que servimos en nuestro trabajo y en la actividad benéfica. De hecho, todos nuestros conciudadanos entran en esta ecuación.
Sin adentrarnos mucho en la historia intelectual y económica de los últimos 700 años, desde el Renacimiento hasta la Ilustración, la democracia moderna, la revolución industrial y la era moderna, el ser humano ha experimentado la innovación en todos los niveles y, por lo general, antes de contar con las herramientas jurídicas y sociales para lidiar con ella. Algunas áreas, como la financiera, tienen sistemas internacionales en funcionamiento, pero, como acabamos de ver, la mayoría de ellas, por ejemplo, la salud y la medicina, no. La lista es larga.
¿Qué fue lo que te motivó, inspiró incluso, a dedicarte a esta enorme tarea?
Evolucionó de forma natural. Como líder desde hace más de 25 años de una empresa fuerte y vital, cuya especialidad es abordar pérdidas de cualquier tipo, me di cuenta de que teníamos la capacidad de aplicar nuestras habilidades a crisis complejas y utilizar nuestras concepciones logísticas para tratar problemas graves y encontrar el modo de avanzar hacia soluciones reales.
En el mundo de los seguros, trabajamos mejor cuando el comportamiento ético es la norma, cuando la cortesía, la comprensión, y la vieja y simple ayuda están disponibles para servir a los demás.
¿Qué tanta sinergia hay entre los objetivos de la fundación y la encíclica, cuyos principios sustentan las metas de la fundación?
Mucha, Betsy.
Laudato si’ es un resumen indispensable de aquellas consideraciones que están basadas en principios sensatos y sólidos.
En un mundo aquejado por el relativismo moral, hay muchos «cambios en la misión» en las esferas gubernamental y académica, donde las burocracias arraigadas se consolidan en gobiernos ocultos, que se perpetúan a sí mismos, en donde las leyes son acumulativas (en gran medida, son normas basadas en otras normas y, sin duda alguna, no son reflexiones ni miradas hacia el futuro) y la comercialización es tan invasiva que se pierde la capacidad de estar conforme, satisfecho sin la validación de la publicidad y de los medios.
Uno recuerda al matemático de la antigua Grecia, Arquímedes, quien hace 2400 años exclamó: «Denme un punto de apoyo y moveré el mundo».
La «ecología humana» es el eslabón esencial de las iniciativas que adoptarás. ¿Podrías describir algunas de las maneras en las que se llevarán a cabo?
A partir de 2022, convocaremos una asamblea histórica en Silicon Valley, que involucrará a mentes maestras en el debate sobre los usos y abusos de la tecnología, y los efectos en la sensibilidad humana, hoy y en el futuro.
De Laudato si’ tomamos un marco para cambios educativos drásticos y avances en el entendimiento de los desarrollos tecnológicos y los cambios culturales, cuyo desbordamiento puede ahogarnos antes de que aprendamos a nadar.
Partiremos desde allí hacia los programas curriculares, que serán parte de los planes de limpieza en todas partes, para proteger el equilibrio que aún queda en nuestra esencia humana frente a aquellas fuerzas que simplemente abruman a los niños y los vuelven adictos al anonimato y a la ruptura de valores morales básicos.
Has anunciado esta gran asamblea para principios de 2022, en donde se debatirá el rol adecuado y relativo de la tecnología en el contexto de la experiencia humana. Comparte con nosotros el marco que se establece aquí.
Descubrir que el mundo era, en efecto, redondo, que el sol estaba en el centro de las órbitas planetarias, que la enfermedad podía conquistarse, que el átomo podía aprovecharse, y que el hombre podía llegar a la luna y caminar sobre su superficie, todo esto ha ubicado al ser humano nuevamente, una y otra vez, en coordinadas sorprendentes en el mapa del entendimiento que tenemos de nosotros y de nuestro mundo.
En cada generación, los avances científicos han provocado asombro e inspiración, pero, muy a menudo, las nuevas invenciones y experiencias absorben a hombres y mujeres, que, antes de poder procesar su importancia, las utilizan, se familiarizan con su funcionamiento, compran las nuevas versiones y dependen de una camada de «intérpretes» de todo tipo para aprender las implicancias de las tecnologías, a pesar de que los intérpretes van a tientas, gradualmente, con herramientas inferenciales que fallan y necesitan revisión en cada paso.
Steve, la encíclica hace referencia al compromiso personal y espiritual inherente en gran parte de esto. ¿Estás de acuerdo?
Sí, Betsy. Estoy de acuerdo. Hoy, nuestro mundo está lleno de dependencias tecnológicas que trascienden nuestra capacidad como individuos de ejercer un control discrecional. Entidades gigantescas que no responden a nadie en la Tierra. Tan grandes que influyen en la dirección de la próxima generación, junto a esos gobiernos análogos que, si bien carecen del mismo tipo de autoridad sobre el pensamiento y el comportamiento de la sociedad, sí tienen la capacidad de plagar las naciones del mundo con políticas malas y leyes vacías que, por lo general, equivalen a un «abandono» del futuro, porque son pasos pequeños en lugar de enfoques drásticos y fundamentados. Además, utilizan supuestos mandatos para imponer a los votantes programas que no reflejan la voluntad popular.
No es una sorpresa que en los tribunales de Estados Unidos se escuchen argumentos que buscan limitar la influencia y el alcance de los gigantes tecnológicos. Tampoco sorprende que en China se haya delimitado el uso de computadoras a niños ni que estén apareciendo oponentes de la inteligencia artificial (IA). La IA es el resultado de construcciones matemáticas complejas que buscan reemplazar tantas funciones cognitivas y volitivas del humano como sea posible. Las organiza en fórmulas que, en muchas ocasiones, son una copia casi fiel del desempeño de nuestras voluntades, nuestra inteligencia y, recientemente, incluso de nuestras inclinaciones espirituales.
El problema incipiente es la ubicación del valor relativo y del significado relativo en contraste con la esencia de lo que estas realidades tecnológicas prevén para la humanidad y el motus animi continuus de la humanidad, es decir, el avance continuo del alma. De hecho, mucho se verá comprometido en un universo de funciones algorítmicas y sus aplicaciones, un mundo desenfrenado y cruel. Concretamente, un mundo de vacío y ambigüedad espirituales, conocido como anomia y anonimato.
Regresemos a Roma. ¿Cuál fue tu primera impresión del pontífice al trabajar juntos?
Cálido, genuino, concentrado, sincero, optimista y comprometido. Me quedaría con la última palabra. Su compromiso es difícil de encontrar en líderes.
Personalmente, no puedo resistirme a preguntarte: como líder de múltiples empresas y ahora presidente de la St. Francis Day Foundation, un esfuerzo mundial, ¿cómo distribuyes tu tiempo?
Bueno... Es verdad que trabajo muchas horas más de lo usual todos los días, pero cuento con un equipo talentoso y enérgico de personas comprometidas, que me permiten concentrarme en problemas grandes y ofrecer soluciones creativas e inteligentes.
Creo que organizar las comunicaciones es fundamental, ya que adopta un enfoque expeditivo para la resolución de problemas.
En los cuerpos directivos, se pierde mucho tiempo debido a la indecisión y a una gestión de riesgos casi cobarde que se convierte en parálisis. ¿Con qué frecuencia presenciamos la aceptación de la mediocridad, incluso de normas malas, por la carencia de un poco de valentía?
Con demasiada frecuencia, Betsy.
¿Qué futuro le espera a la fundación?
Compromiso. Conseguir ayuda en todos los niveles, sobre todo a medida que nos expandimos hacia el exterior.
Necesitamos que nuestros oyentes se comprometan y actúen.
¿Cómo pueden participar nuestros espectadores?
Visiten nuestro sitio web.
Sigan las conversaciones que iniciamos.
Compartan su opinión. En serio, no es solo una invitación amable.
Si es posible, envíennos contribuciones. Utilizaremos el 100 % del dinero recaudado directamente en programas y en ayuda, ya que las subvenciones de nuestros contribuyentes fundadores cubren todos los gastos administrativos.
Somos una organización sin fines de lucro, claro, y todas nuestras actividades serán presentadas como tal públicamente.
Qué gran conjunto de principios, y qué buena formación y estructuración que tiene la fundación, además de programas totalmente significativos en el horizonte. Seré la primera en unirse, Steve.
Gracias por realizar este valioso trabajo.
Me despido, soy Betsy McCaughey. Le doy las gracias a nuestro invitado, Steve Menzies y le deseo el mayor de los éxitos a la St. Francis Day Foundation.